Cuando bajan las temperaturas, las carreteras en invierno comienzan a enfrentarse a condiciones más exigentes. El frío, la humedad y las heladas influyen directamente en el estado del firme y en la seguridad de la circulación.
En Nuño y Pescador, empresa con amplia experiencia en la construcción y conservación de carreteras en Álava, conocemos bien cómo se comportan las carreteras en invierno y por qué es tan importante anticiparse a los efectos del clima.
Cómo afecta el frío al pavimento
Cuando las temperaturas descienden, los materiales que forman el firme de una carretera reaccionan. El asfalto, aunque es un material flexible, sufre contracciones con el frío. Si estas variaciones térmicas se repiten de forma constante, pueden aparecer pequeñas fisuras en la superficie del pavimento.
Estas grietas, aunque en un primer momento pueden parecer insignificantes, permiten la entrada de agua. Cuando esa humedad se congela, aumenta de volumen y ejerce presión desde el interior, provocando un deterioro progresivo del firme. Este proceso es una de las principales causas de la aparición de baches tras el invierno.
Heladas y ciclos de congelación y deshielo
Uno de los principales problemas de las carreteras en invierno son las heladas. El proceso es sencillo pero muy dañino:
- el agua se filtra en el pavimento,
- las temperaturas bajan y el agua se congela,
- el hielo aumenta de volumen y genera presión interna,
- al descongelarse, el firme pierde resistencia.
Este ciclo repetido de congelación y deshielo debilita el pavimento y favorece la aparición de baches y deformaciones.
Menor adherencia y aumento del riesgo en carretera
Cuando bajan las temperaturas, también se reduce la adherencia entre los neumáticos y la calzada. La presencia de hielo, escarcha o humedad incrementa el riesgo de deslizamientos, especialmente en curvas, pendientes y zonas sombrías donde el sol tarda más en actuar.
Además, el frío puede afectar a la señalización horizontal, haciendo que las marcas viales pierdan visibilidad con mayor rapidez. Todo ello convierte el invierno en una de las épocas más exigentes para la seguridad vial, tanto en carreteras urbanas como interurbanas.
La importancia del drenaje en las carreteras en invierno
Un buen drenaje es esencial para el comportamiento de las carreteras en invierno. Cuando el agua no se evacua correctamente, se acumula en la superficie o se filtra en el pavimento, incrementando el riesgo de heladas y deterioro.
Por eso, en cada obra y actuación de conservación se presta especial atención al diseño y mantenimiento de los sistemas de drenaje.
Mantenimiento preventivo: clave para afrontar el invierno
El invierno es la época en la que se comprueba la eficacia del mantenimiento realizado durante el resto del año. El mantenimiento preventivo permite:
- sellar fisuras antes de que se agranden,
- reforzar zonas debilitadas,
- reducir la aparición de baches,
- alargar la vida útil del firme.
Actuar a tiempo es fundamental para que las carreteras en invierno mantengan unas condiciones adecuadas de seguridad y comodidad.
Planificación y experiencia en condiciones invernales
Las actuaciones en carretera durante el invierno requieren planificación, control y experiencia. Las bajas temperaturas condicionan los tiempos de ejecución y obligan a adaptar los procesos de trabajo.
Contar con equipos especializados permite garantizar la seguridad de los operarios y minimizar las molestias a los usuarios de la vía.
Compromiso con carreteras seguras todo el año
Las carreteras en invierno se enfrentan a condiciones especialmente exigentes, pero con una correcta conservación y planificación es posible mantenerlas seguras y funcionales.
En Nuño y Pescador trabajamos con el compromiso de cuidar y conservar las infraestructuras viarias de Álava durante todo el año, también en los meses más fríos, contribuyendo a una movilidad más segura y eficiente. Una labor esencial para garantizar desplazamientos seguros diarios.

